Competición, mil maneras de entenderla.
El mundo de la competición es complicado. Algunas veces hasta me resulta un tanto absurdo, aunque en general me encanta.
En ocasiones, se pierde la idea de que estamos de paso.
Creo bonito vivir el deporte intensamente, disfrutar del patinaje artístico sobre ruedas e intentar superarse día a día.
Dar el máximo en cada competición, encuentro, campus o entrenamiento es muy emocionante.

Visión más personal de competición.
En casa somos vehementes en casi todas las facetas de nuestra vida. En ocasiones pecamos de demasiado intensos al vivir el patinaje artístico sobre ruedas. Pero ya sabéis, sobre todo los que nos seguís en PuroPatin.com fielmente, que nos encanta ser imperfectos y vivir este deporte a tope.
Recordad que seguramente nadie se acordará de si fuimos primeros, quintos o últimos en una competición, en un futuro más bien cercano. Por ello me parece interesante no perder de vista nuestras prioridades emocionales. Saber quién seguirá a tu lado, pase lo que pase.
Los que nos aman nos recordarán como los mejores en cada faceta, ya sea deportiva o no. Por otro lado, nuestros menos allegados o detractores nos recordarán como unos “petardos”, hagamos lo que hagamos.

Esas ideas un tanto extrañas, se arremolinan en mi mente mientras intento escribir este artículo e intento evitar dar consejos. Espero que mi visión de la competición no haga que parezca que me vuelvo loca.
El resumen o moraleja de todo ello es entender que cada uno vivimos la misma competición desde puntos de vista diferentes.
Una pasión o hobby, debe aportar en positivo diariamente para lograr disfrutarlo a tope. Evitar la sensación de derrota o de abandono pienso que es muy importante.
Estamos de paso. Recuérdalo y disfruta.
Veamos lo bueno de las horas de entrenamiento, momentos de frustración y emociones en plan montaña rusa y luchemos por sentirnos bien el máximo tiempo posible.
Es sano entender que cada uno vive este deporte como le da la gana y que está bien que la gente opine.

Podemos soñar a lo grande y vivir intensamente, se compita o no.
Si conseguimos vivir la competición desde el otro lado, el de la superación personal, admiración y deportividad, se convierte en algo que engancha y que enriquecer.
Sigamos viviendo, opinando, compitiendo y equivocándonos juntos.