Relaciones de un patinador.
Necesitamos relacionarnos para alcanzar nuestros objetivos, en cualquier faceta de nuestra vida.
En la relación de un patinador con otros, intervienen tanto la figura de técnicos y compañeros de deporte, como la de padres, familiares y amigos.
Tras años observando a deportistas, técnicos y familias, creo que cuanto mejor es la relación con los demás, más enriquecedores son los logros deportivos.
Lograr ser respetuoso y generoso con los demás, que suena precioso, pero si no se pone empeño no sucede y te llena de momentos de angustia evitable.
La relación entre un entrenador y el deportista.
Es quizá la relación deportiva más importante para ambos y también en muchas ocasiones nada fácil. Deben aprender el uno del otro.
Una relación sana entre deportista y entrenador creará vínculos de seguridad y confianza, forjando así una unión positiva y productiva.
El entrenador sabe que no podrá tratar a todos los patinadores por igual, ya que cada patinador tiene una forma de ser y de entender el patinaje distinta. Tal vez uno necesita unas palabras de apoyo, quizá otro un toque de atención…
Observar y dialogar es la clave, ya que la mayoría de veces, la posibilidad de entrenamientos personalizados, es tarea difícil. Por ello tendrán que aprender a convivir y adecuarse unos a otros, tanto técnicos como patinadores.
Patinador y compañeros.
Inevitable y sano también es rodearse de otros patinadores con mismos o parecidos, objetivos y sueños. Es realmente enriquecedor en el día a día de los deportistas la convivencia y los ayuda a forjarse como individuos.
Es importante en este tipo de relación, prevenir los conflictos y malentendidos para que el trabajo diario sea más efectivo.
La relación sana con los demás patinadores hará que llegues antes a tus objetivos.
Hay que evitar dar sermones e intentar llegar al patinador de manera efectiva. La humildad tanto del entrenador como de los patinadores, hará que el deportista se sienta cercano y tranquilo con todos.
Evitar comportamientos de persona altiva. Este tipo de patinador, se comporta como si fuera superior, más valioso o importante que los demás y en ocasiones los menosprecia. Sin embargo, al mismo tiempo, la persona altiva, quiere ser admirada y respetada por todas las grandes cosas que cree que ha hecho o las cualidades especiales que tiene y no es fácil que los demás muestren interés si tiene ese tipo de comportamiento.
¿Cómo evitar ser altivo?
Lo más importante es darse cuenta y querer corregirlo.
Evita la necesidad de querer tener la razón siempre y deja de darle tanta importancia a lo que piensan de ti los demás.
No te ofendas rápidamente, porque si buscas razones para ello siempre encontrarás.
Supera la necesidad de sentirte superior a los demás y dale algo de humor y sentido positivo a tu relación con otros.
La humildad te hará capaz de entender que todos poseen puntos fuertes y débiles y que hay que convivir sabiendo de ellos.
El día a día de los patinadores requiere concentración, esfuerzo y tener momentos de compañerismo en positivo facilita esa tarea diaria. Si se animan, aconsejan y ayudan, todo es más llevadero y gratificante.
Entrenador, patinador y familiares.
El entrenador llega mejor a los deportistas si su relación con los padres y/o familiares es idónea. Hay entrenadores, que son partidarios de mantener al margen a los padres y otros que los hacen más partícipes.
Pienso que las reuniones o charlas con los padres, cuando se trabaja con deportistas jóvenes debería formar parte de las actividades del club, al igual que los entrenamientos y la competición. Hoy en día, gracias a los móviles, es fácil estar en contacto.
Hay situaciones, sobre todo las que tienen que ver con el buen trato y respeto para con los demás, que se resolverán mejor si primero aprenden en casa a tener un comportamiento adecuado.
Un fallo común en los padres, es decidir por sus hijos. Si la niña o niño no elige el deporte o actividad que quiere realizar, difícilmente llegará a buen puerto. Si realmente no les apasiona, el camino será corto o lleno de momentos difíciles y dolorosos que podrían evitarse.
El papel del entrenador es mucho más complejo y de peso que el de otros. Hará de guía, de ejemplo y de juez.
A menudo el patinador tiende a tener la necesidad de entender qué espacio tiene en el universo mental del entrenador. No es necesario ser siempre el centro de atención, seria agotador para los técnicos.
Hay que evitar interpretaciones dañinas y la consecuencia de ello, porque la motivación disminuye, crece la frustración y la hostilidad y se hace difícil el entendimiento sano y positivo entre ambos.
Evitar que se sientan desplazados, es tal vez factible para el entrenador, a través de pequeños pero importantes gestos de cercanía, como una sonrisa, una pregunta, un piropo, un consejo, una broma… aunque está claro que cualquier relación entre dos personas es mucho más compleja y cada una te despierta y aporta momentos únicos y diferentes.
Es bueno ser específico a cada paso y evitar las generalizaciones y con ello las odiosas comparaciones, que además tendemos a hacer casi todos.
Ayyyyy yo también comparo a veces y es un sinsentido que tengo que evitar y corregir 🙁 En ello estoy…
Nadie dijo que era fácil relacionarse, así que tendremos que intentar hacerlo del modo que nos haga sentirnos mejor.
Salud!!!