Mens sana in corpore sano
¿De dónde procede dicha frase?
“Mente sana en cuerpo sano” es una frase que forma parte de una plegaria a los Dioses. Nos la enseña un poeta romano, Decimus Lunius Luvenalis, en su obra “Las sátiras” durante el siglo I.
Sus versos nos animan a lograr una mente sana, un cuerpo saludable y un alma fuerte, para observar una vida llena de virtud y de paz interior, sin importar los acontecimientos externos.
Al entender la obra, nos damos cuenta de que la famosa frase no tiene nexo de unión con el deporte ni con la actividad física. Aún así, ayuda a muchos deportistas a lograr cierto equilibrio emocional, al fijarse en dicha frase.
Hemos comentado en artículos anteriores la importancia de patinar con cabeza. De ser fuertes y entender bien nuestro cuerpo y también nuestras emociones, para lograr así buenos resultados en patinaje artístico sobre ruedas. El lograr equilibrar lo que sentimos, pensamos y hacemos, resulta difícil pero muy productivo.

La evolución de “Mente sana en cuerpo sano”.
La primera vez que “Mens sana in corpore sano” fue utilizada en relación con el deporte fue en Liverpool, en 1861. John Hulley la utilizó como lema en su gimnasio.
Nos damos cuenta por tanto, que “Mens sana in corpore sano” ha ido evolucionando a lo largo de los años. Hasta llegar a nuestros días como filosofía de persona sana, por dentro y por fuera.
Pierre de Coubertin, fundador del Comité Olímpico Internacional, en 1890 y protagonista en la aparición de los Juegos Olímpicos Modernos (Atenas, 1896). Acogió con gusto este mismo lema, finalizando muchos de sus discursos con él. Acabó convirtiéndolo en el lema oficial de los Juegos Olímpicos Modernos.
Tener en cuenta que hay que ejercitarse escuchando a nuestra mente, es algo importante.
¿Qué valor tiene en patinaje?
Conocerse, informarse, charlar abiertamente con otros patinadores y entrenadores, conscientes de que siempre se puede aprender de los demás, enriquece.
Entender lo positivo de cooperar.

La idea de tecnificaciones o entrenamientos entre los clubes, me parece acertadísima. La convivencia por tanto de patinadores de diferentes clubes y edades interactuando, conociéndose y respetándose, es ejemplo de entender bien el deporte. En realidad la vida evitando hacer énfasis en odios y envidias es más saludable en todos los sentidos.
Patinar con cabeza os hará grandes personas, es algo que digo siempre y creo firmemente. No importa si ganas o pierdes competiciones, lo genial es el aprendizaje en sí. Lo que se crece, en valores y en entendimiento personal.
Cultivar bien nuestro cuerpo a través de ejercicios y entrenamientos de calidad. Apoyarnos en una mente que sepa controlar desde las emociones cualquier situación. Sumarle también pasión y personalidad. Todo hará finalmente del ejercicio en pista un momento único, tanto para el patinador como para los que lo viven desde las gradas.

No paremos de crecer juntos.
Salud!!!