Día de fracaso, algo que aprender.
En el patinaje artístico no todo son alegrías, aparecen también momentos de fracaso.
Como sucede en todo deporte, hay que trabajar el saber convivir con esos momentos.
Los nervios, el querer demostrar todo lo que saben en tan sólo dos minutos y la idea de no decepcionar. Es complejo gestionar ese cóctel de emociones.
Patinar con cabeza
La cabeza también patina. Lo repetimos y aún así nos sorprende ver hasta qué punto.
El dominio de las emociones forma parte del patinaje, es así, y cada vez que participamos como público en algún evento deportivo, nos damos cuenta desde las gradas también.
Hay que educar la mente para el fracaso e intentar saber cómo controlar ese tipo de situaciones que a veces, nos minan y no ayudan en pista.
Es importante poder ver la trayectoria del patinador como un libro y poder pasar rápido al siguiente capítulo de esta apasionante aventura sobre ruedas, tanto si se gana como si se pierde.
Hay poco tiempo para pensar en un campeonato o prueba ya pasada. Los eventos casi se solapan durante la temporada. Hay que trabajar la capacidad de avance rápido.
No hay que quedarse llorando por las esquinas o enfadado por algo que no salió. Hay que seguir luchando desde el minuto uno. Buscar una manera de distracción. Liberar nuestra mente de estrés o nervios y atacar de nuevo los posibles fallos con fuerza, para intentar evitarlos la próxima vez.
Lograr superarse.
No compararse con los demás es muy sano.
Cada patinador es diferente en su aprendizaje, en sus debilidades y en su manera de entender el patinaje, así que evitar compararse a otros, ayuda muchísimo.
“A veces se gana y a veces se aprende”
Hoy en día gracias a la psicología, hay herramientas que se pueden utilizar en momentos de fracaso y es bueno aprender a reconocerlas y utilizarlas.
En “el conocimiento del Yo” y los mecanismos de defensa de Freud, hablan de varias capacidades.
De la que quiero hablaros hoy es la compensación
La compensación
Funciona como una estrategia por medio de la que uno encubre, consciente o inconscientemente, debilidades propias. Frustraciones, deseos o defectos por medio de algo positivo que dominamos en otra área.
Suele funcionar también a la hora de evitar el sentimiento de inferioridad.
En patinaje artístico y en beneficio a la lucha contra la sensación de fracaso, de la que hablábamos al principio del artículo, la idea de controlar la compensación es acertada para evitar inseguridades.
Buscar equilibrar la balanza.
Al caer en mitad de un ejercicio ya no hay que estar pensando en la idea de fracaso si no avanzar mentalmente rápido e intentar compensar esa sensación mejorando la concentración y favoreciendo así al resto del ejercicio.
Es bueno no sentir que el fracaso puntual te vence. Forma parte de los logros, porque dan pie a mejoras.
Un momento de frustración en el patinaje artístico puede suponer el querer abandonar la práctica del deporte e incluso estar un tanto deprimido, o lograr un efecto rebote y crear la sensación de querer sobreponerse y esforzarse a tope. Así que lucha para vencer la frustración en positivo.
El fracaso nos ayuda a mejorar y por ello hay que afrontarlo sin miedo.
Nos leemos pronto
Salud!!!