¿Existe el entrenador perfecto?
Ojala existiera el entrenador perfecto, pero no. Igual que no existe padre, tutor o compañero perfecto.
¿Qué buscar en un entrenador?
Podemos intentar dar con el que más confianza inspire a nuestros hijos. Son ellos los que conviven muchas horas juntos y comparten experiencias únicas.
Encontrar a un buen entrenador es uno de los puntos importantes para mejorar en el patinaje artístico.
Alguien que ayude a los patinadores a sacar todo su potencial en la pista.
Para saber que un entrenador es bueno, uno tiene que fijarse en múltiples factores.
Según mi opinión, debe tener técnica, experiencia, buen trato y disciplina. Importante también, que sea creativo y lo sepa trasladar a la pista.
Sobre todo en los primeros pasos de los patinadores, uno espera que sepa animarlos y que genere en el patinador la sensación de querer mejorar y pensar siempre que puede hacer bien el ejercicio.
Que ayude a pensar en positivo, aunque no siempre sea fácil.
¿Qué evitar en un entrenador?
Es a veces más fácil saber lo que NO queremos para nuestros hijos, que encontrar lo que deseamos.
Me gusta la idea de tener en cuenta la opinión de los niños. Ellos son más intuitivos de lo que nos imaginamos y creo que es bueno que colaboren a la hora de tomar decisiones ligadas a su día a día y a su entorno más cercano.
Personalmente intento observar a los entrenadores y como se comportan, dentro y fuera de la pista. Claro está, que no entiendes a una persona tan sólo viéndola a ratos y que el instinto nos ayuda, no siempre para bien.
Me preocupan, la mayoría de veces, los entrenadores muy jóvenes, influenciables y con poca experiencia con niños. Escasa mano en el trato personal o con poca técnica para el patinaje. Los hay, nosotros también hemos topado con malos entrenadores. Se observa a poco de conocerlos y evitarlos depende de cada uno.
Más inquietante es el entrenador que tiene a un patinador predilecto y no es capaz de establecer vínculos similares con sus otros patinadores. Al final los niños notan esas cosas, nos las hacen llegar a modo de queja a los padres y tarde o temprano reclaman encontrar a otro entrenador que les haga sentir atendidos y observados con interés.
Sensaciones vividas
Nuestras hijas han tenido momentos de crispación y nervios por el trato de algún entrenador. La verdad es que no quiero concretar, en casa tendemos a positivizar las experiencias y pensamos que es mejor no dedicarle tiempo a lo que no nos hace felices. Somos también resolutivos, cuando vemos algo que no nos gusta, le ponemos remedio y decimos adiós al problema lo antes posible.
Cambiar de club para nosotros ha significado un paso adelante, sentirnos bien es nuestra prioridad. Ver a las niñas salir de cada entreno sonrientes y motivadas, no tiene precio…
Si no os hace felices vuestro entrenador, hay que encontrar a otro que os llene de buenos momentos, no hace falta que sea amigo, pero sí que os transmita que compartís algo bonito, porque el patinaje artístico hace vivir experiencias geniales y no disfrutarlo es una pena.
Hay que evitar el miedo a los cambios. Prueba, compara, experimenta, siente la libertad de buscar y encontrar lo que te hace disfrutar, porque llevarse bien con el entrenador es importante. Patinar tiene que ser algo gratificante.
Espero que os haya gustado la entrada de hoy y que sigáis nuestro Facebook
Nos leemos pronto,
Salud!!!