Filias y fobias que se generan al competir.
Me gusta creer que se entiende que la competición es sana cuando tiene que ver con superarse y que se convierte en un problema a medio o largo plazo, cuando tiene que ver con odios y/o envidias.
El odio al ganador y la ambición de ser el mejor en todo, obstaculiza la idea que tengo de competición sana, pero nos guste o no, sucede.
Normalmente las personas competitivas tienden a querer construir. Mientras que los fanáticos de la victoria y el reconocimiento ajeno se meten en un bucle autodestructivo de celos, envidias y malestar.
He ido viendo en este deporte, que algunas de las personas que me intentan convencer de que no son competitivos, al final son de los que paradójicamente, todo vale con tal de ganar y me sigue sorprendiendo.

Evitar atender a algunos consejos.
Hay decisiones que nos guste o no debemos tomar sólos a lo largo de nuestra vida y también como deportistas. Si lo que te emociona es patinar, muchas de esas decisiones, girarán en torno al patinaje.
La idea de machacar al contrario, la de “todo para mí” y el “todo vale para ganar” hará que tu día a día con el deporte se haga cuesta arriba.
Puedes dejarte influenciar pero sé consciente de que todo deja huella en tus compañeros y el deporte puede ser verdaderamente enriquecedor si lo vives con cabeza.
Si sueñas con tener buenos resultados la solución más segura es trabajar, trabajar y trabajar.
En muchos deportes de competición y más si es a nivel profesional se dice que van muy ligados, aún siendo una pena, a la ruptura de valores humanos. También a la idea de falsos héroes a los que imitar.
Se tiende a pensar que, por ejemplo en patinaje artístico sobre ruedas cuando quedas primero, recibirás la ovación de entrenador, compañeros y afición. Pero también es cierto que se vive alguna vez que cuando hay un ganador, en ocasiones, el triunfo es sinónimo de resentimiento y envidia por parte de los compañeros. Es evidente que la gente que vive así el patinaje es una pequeña minoría, pero los hay y pienso que es mejor ignorarlos y disfrutar a tope de cada momento.
En más de una ocasión me asombra también la falta de escrúpulos en el entorno del patinaje. Personalmente me invade el miedo como imagino a muchos y me hago la misma pregunta retórica: compensa estar aquí??
Me autoconvenzo de que cuando deje de compensar lo sabremos y simplemente terminaremos esta aventura para dar paso a otra igual o más estimulante. Pero mientras dure nuestra pasión por el patinaje lo viviremos todo como parte del aprendizaje.

Vivir en positivo es nuestro fuerte.
Creo que tanto el entrenador como los familiares y amigos deben ayudar a que no se vivan momentos tóxicos o los menos posibles, ya que la deportividad es uno de los conceptos más saludables para el patinaje artístico sobre ruedas.
El deporte es bueno para el cuerpo y la mente, eso lo tenemos prácticamente todos claro. Pero tal vez la competición, llevada al extremo, ya no es tan buena. Potencia valores de egoísmo, crueldad y ambición sin límites, que no coinciden con los valores humanos que preferimos nos acompañen en el futuro, como son los de compartir, cooperar o ayudar.
Saber convivir con el resto de deportistas, familiares y técnicos,creando un entorno positivo, es labor de todos.
A veces fomentamos la competición sin ser conscientes de que da paso a parte de los males que luego padecemos. Bueno, nadie ni nada es perfecto.
Todos viven logros, ganen o no en una competición.
Cuando uno gana y otros pierden hay que intentar que tenga toda posición, el valor justo.
Los patinadores, todos, se esfuerzan por superarse y hay que recordar que en la mayoría de las ocasiones, el ganador es fugaz y pronto llega otro al primer puesto a sustituirlo.
Con esto no quiero transmitir la idea de que ganar no es bueno, pero sí de que no es lo más importante.
Evitar la idea de estar siempre presionando al diferente, al que destaca y potenciar la cooperación deportiva me parece posible.
No hacer hincapié en separar buenos de malos es una tarea complicada pero a la larga muy satisfactoria. Tampoco estoy pensando en un mundo utópico, porque sería aburridísimo.
Convivencia sana entre patinadores o roces y frustración, al final tú decides cómo quieres hacerlo.
Competir es sólo un capítulo en el largo libro del patinador.
De cómo se comporte en sus primeros pasos, dependerá en gran medida cómo lo vean en el futuro.

Decidirás si te importa o no cómo te vean los demás como persona, pero teniendo en cuenta que a la vez, los otros lo harán de si es bueno convivir o no junto a ti.
Me despido por hoy, pensando en ese loco mundo del patinaje que tanto nos encanta y nos hace pensar.
Salud!!!